Con el nueve en la espalda, de contextura delgada y gran estatura, Felipe Montoya llegó a Paz en las Canchas para ayudar a su equipo, Soccer 70, a llevarse el premio de campeón. Lo que nunca se imaginó era que se iba a hacer con el premio del goleador de Paz en las Canchas.
Fue una disputa ardua, pues durante todo el torneo siempre estuvo cerca del que estaba de goleador, a uno o dos goles. Empezando a ser el foco de todos los asistentes al torneo, que llegaban preguntando su nombre, su número y luego deleitándose con cada uno de sus goles.
De cabeza, de afuera del área, desde adentro, con el taco, con la pierna izquierda, con la derecha. Siempre dijo presente para que su equipo se impusiera por abultadas goleadas a sus rivales. Tanto, que tuvo partidos en los que marcó nueve goles. Aunque también tuvo algunos en los que se fue en blanco.
Cuando eliminaron al goleador, su equipo, que quería ganarlo todo, se enfocó en hacerlo el líder de la tabla de artilleros y por eso, en muchas ocasiones lo buscó hasta extenuarlo. Y aunque en un par de partidos el arco estuvo cerrado para él, en otros gozó las mieles del gol, tanto que se le agotaron las maneras de celebrarlo.
Felipe Montoya, con 35 goles se hizo con el título de goleador de Paz en las canchas, con un promedio de gol de 3,9 goles por partido. Su capacidad para marcar goles y sus intentos por lograrlo, lo hicieron uno de los grandes protagonistas del torneo.